Alguna vez habréis oído hablar sobre la incapacidad de identificar correctamente huellas dactilares, ya sea por la superficie donde están, o por ser huellas parciales. En estos casos la huella se vuelve una prueba prácticamente inútil, sin embargo esto podría cambiar pronto.
La piel humana tiene una enorme cantidad de bacterias que se transfieren con relativa facilidad a las superficies que tocamos, estas bacterias tienen la capacidad de persistir durante semanas e incluso meses en superficies cotidianas, ya que son extremadamente resistentes al estrés ambiental.
Según algunos estudios las comunidades naturales de nuestras manos se recuperan pocas horas después de lavarlas. Esta capacidad es consecuencia del ambiente que habitan, tan sólo has de pensar en la actividad diaria de tus manos, la cantidad de superficies y químicos con los que entra en contacto, el continuo lavado con jabones, y un sin fin de situaciones que dificultarían el crecimiento de muchos microorganismos. Sin embargo cada noche cuando vas a dormir las comunidades bacterianas se estabilizan de forma única.
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